calle, Numa Guilhou - Oñón
A propósito de la noticia, uno de los impulsores de la Fundación Museo de la Toná, José Manuel García Álvarez, intérprete de tonada y hombre con grandes inquietudes en todo lo que atañe a las tradiciones musicales asturianas, nos manifiesta su opinión al respecto, que gustosamente recogemos en esta ventana abierta de Oñón, viejo barrio.
“El ayer, el hoy y el mañana de las manifestaciones artístico- culturales de nuestra tierra será la base y el referente destacado que llenará de contenidos y dará vida al museo de la tonada.
El museo es un paso más para avanzar en el siempre complejo proceso de integración en el que está inmersa la tonada, aunque en términos generales todo el mundo reconoce su valor. No obstante, a la hora de otorgarle el lugar que le corresponde es la manifestación cultural menos solicitada para que nos represente. De hecho, en cualquier acto que requiera una manifestación artística de nuestra comunidad autónoma la tonada está siempre en un segundo plano. Sería, por tanto, importante que se le diera a la palabra tonada el debido énfasis cuando se habla de cultura tradicional, de la misma forma que se pronuncia sin miedo, gaita, baile, etc.
“El ayer, el hoy y el mañana de las manifestaciones artístico- culturales de nuestra tierra será la base y el referente destacado que llenará de contenidos y dará vida al museo de la tonada.
El museo es un paso más para avanzar en el siempre complejo proceso de integración en el que está inmersa la tonada, aunque en términos generales todo el mundo reconoce su valor. No obstante, a la hora de otorgarle el lugar que le corresponde es la manifestación cultural menos solicitada para que nos represente. De hecho, en cualquier acto que requiera una manifestación artística de nuestra comunidad autónoma la tonada está siempre en un segundo plano. Sería, por tanto, importante que se le diera a la palabra tonada el debido énfasis cuando se habla de cultura tradicional, de la misma forma que se pronuncia sin miedo, gaita, baile, etc.
Casona "Museo de la Toná"
El segundo chalé del Notario Vigil fue diseñado por el arquitecto Teodoro Anasagasti (1880-1938), una figura de referencia en los inicios de la arquitectura vanguardista española de principios del siglo XX. Los dos inmuebles de la calle Numa Guilhou son conocidos como, «las casas del Notario Vigil».
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