12 febrero 2008

Biblioteca "Vital Aza"

Biblioteca "Vital Aza"
“Biblioteca Popular Municipal Vital Aza”.
En el año 1934 se alquila un local en la calle Joaquín Costa, más tarde Bernardo Aza, y en la actualidad se denomina Escuela de Capataces. Funciona aquí hasta que estalla la guerra civil española.
Mientras dura la guerra civil permanece cerrada y no reanuda su actividad normal hasta el año 1942 en un nuevo local en el popular barrio de Oñón en la calle Onésimo Redondo, encargándose de ella Jose María Fernández García (Pellanes) y se inician las gestiones para incluirla en el recién creado Centro Coordinador de Bibliotecas. En el año 1957 se crea un Patronato que cuenta entre sus vocales con los escritores Luis Aurelio, Víctor Alperi y Benjamín Álvarez (Benxa).

6 comentarios:

Mari dijo...

De aquella biblioteca inaugurada en 1942 en el barrio de Oñón, me devoré yo todos los cuentos infan-
tiles y juveniles que en ella ha-
bía en el año 46, cuando vine en-
ferma de pleuresía en el mes de septiembre, después de haber pasa-
do todo el verano,-desde el mes de mayo,-en Ventosilla, un pueblín de
León que estaba a un km de Villa-
manín.Pasé allí tanto tiempo debi-
do a que mi padre estaba muy enfer-
mo de tuberculosis pulmonar y qui-
so mi madre alejarme de casa tan siquiera durante las vacaciones de verano por temor a que me pudiera
contagiar. El caso es que me regre-
saron de allí malísima pues, el mé-
dico que vino varias veces a verme
desde Rodiezmo, donde tenía su re-
sidencia, no acertaba con mi enfer-
medad. Tenía yo una fiebre altí-
sima, y tanta fatiga al caminar,
que después de subir trabajosamen-
te la cuesta del jardín que condu-
cía a la casa, para subir dos pisos
hube de sentarme en las escaleras
más de veinte veces.
Aquella misma noche de mi llegada
vino a visitarme el Dr Buylla, el
cual, también visitaba a mi pa-
dre... Recuerdo a mi madre llo-rando, sentada junto a la venta-
na.
Y con motivo de que me tuvieron
durante tres meses de reposo ab-
soluto, me tragué todo cuanto ha-
bía que yo pudiera leer de aque-
lla biblioteca en cuestión, de la
cual yo era socia infantil; creo
recordar que pagaba dos pesetas
al año o algo así.
Manolita la de Lola,mi más fiel a-
miga de nuestra infancia, era la
encargada de llevar el libro ya
leído y traerme otro nuevo para
seguir leyendo; y cuando el bi-bliotecario ya no sabía qué dar-
le, comenzó a mandarme las clá-
sicas novelas juveniles que se
leían en toda época...y así pasé
mi tiempo de reposo, entre li-
bros, y recortables de mariqui-
tas y casas, iglesias y casti-
llos para construír, que Manoli-
ta me traía de la librería Cul-
tura, al lado del colegio de las
monjas dominicas al cual fuí.
A los tres meses estaba como nue-
va...no así mi padre que, en su
habitación de la segunda planta,
a girones se le iba marchando la vida.
Anita "la farruca", fidelísima mu-
chacha que teníamos entonces, co-
menzó a pasarme de vez en cuando,
a escondidas de mi madre a ver a
mi padre a su habitación, haciéndome sentar junto a la ven-
tana que estaba abierta de par en par...Un día del mes de junio del
año 1947, me llevó mi madre a León
con mi prima Laudelina que regen-
taba una tienda en la calle Astor-
ga. El día que nos fuimos, como e-
lla andaba por casa preparándose
para el viaje me fue imposible en-
trar en la habitación de mi padre
para despedirme de él. Esperaba yo
a mi madre abajo, dando vueltas por la carretera,cerca de la ofici-
na cuando ví a mi padre recortado
sobre la ventana abierta, hacién-
dome señas con una mano, como si
escribiera sobre la otra...quería
decirme,sin duda,que yo le escri-
biera. No volvería a verlo jamás
pues fallecería el 14 de agosto,
dos meses después. No recuerdo si
le escribí,pero aquella su imagen
demacrada y flaca, hasta caerle la
blanca camiseta sobre los hombros
quedó grabado en lo profundo de mi
corazón para no olvidarlo jamás.
El día del mes de agosto que tuve
la noticia de su muerte en la tien-
da de mi prima, salí afuera y lloré
amargamente.
Tenía yo justamente 11 años.

Marinina dijo...

Lo firmado por Mari en el comentario sobre Biblioteca "Vital Aza" es equivalente a "Marinina"

Marinina dijo...

MANOLITA LA DE LOLA

Lola, con sus cinco hijos vivían en La Peña, justamente a un km distante de mi casa...Conocimos a Lola prácticamente en los siguientes días del invierno, recién llegada mi familia a vivir al "chalét de Arroxo".
Ella pasaba diariamente por la carretera abajo del jardín, con su jaula de naranjas para vender en el mercado, al cual todos llamábamos "la plaza"...Y mi madre, de vez en cuando, bajaba para comprarle algo de su mercancía.
Manolita era su hija más pequeña...tenía solamente cuatro años cuando la conocí de la mano de su madre camino de la plaza...supongo que tenía que llevarla consigo porque no tendría con quien dejarla, y no tenía aun la edad suficiente para ir a la escuela...(en aquel tiempo nos escolarizaban a los cinco años...)
Un buen día, me encontré con que Lola y su hija Manolita habían subido la cuesta del jardín que conducía a la casa y mi madre hablaba con Lola, momento que aprovechamos Manolita y yo para juguetear un poco por allí hasta que nuestras madres dieron por finalizada la conversación y Manolita siguió con la suya su camino...Lo que ocurrió después, en los días siguientes es que Lola comenzó a trabajar como asistenta en mi casa trayendo consigo a la niña que se convirtió de este modo en mi más asídua compañera de juegos...
La historia de Lola era muy triste; su marido había desaparecido en las refriegas de la guerra, allá, por Cataluña, y se lo daba por muerto, aunque este hecho creo que no había podido ser confirmado pues su cuerpo nunca apareció...Así quise entenderlo, aunque nunca traté de indagar...sí creo saber, que estaba en la parte de los que llamaban "los rojos", y a Lola no le quedó ni un céntimo de pensión...con cinco bocas que alimentar más la suya propia...¡qué durísima fue la vida con aquella pobre mujer! Yo la recuerdo cuando por la radio se daba lo que llamaban entonces "el parte", escuchando a los que informaban siempre positivamente sobre los temas de Franco y sus ministros, ella levantaba el puño exclamando con rabia:"¡Comeores!"
Sé que mi madre la ayudó en lo que pudo pues, tenía un corazón compasivo con todo el que veía pasar necesidad...A veces, cuando por las tardes, a la hora de marcharse a casa veía a Lola triste, mi madre le preguntaba:"Qué te pasa, Lola?", ésta solía responderle:"Que no tengo cena que dar a mis otros hijos".Y entonces mi madre cubría su necesidad... Sobre Manolita y nuestros juegos y peleas tendría tánto qué contar...quizá algún día...Cuando al morir mi padre nos fuimos mi hermano Manolito y yo con mi madre a vivir fuera de Asturias no supe más de esta familia hasta unos seis años más tarde, cuando al visitar a mi familia de Mieres me acerqué hasta su humilde casita de La Peña para saber como les iban las cosas...me encontré a Manolita casada,(no tendría más de 17 años)y llena de hijos...por lo menos cuatro si no era alguno más...Nos alegramos mucho de encontrarnos de nuevo...pero esta fue la última vez que la ví. Bastantes años más tarde, viviendo yo aquí en gijón, coincidí en el ambulatorio de Leopoldo Alas, que era el que entonces nos correspondía, a una señora conocida de esta familia que había sido vecina durante muchos años en La Peña de Mieres; y en la conversación que sostuve con ella supe que Manolita ya había fallecido...todavía era demasiado joven, sé que pensé...quizá alrededor de los cuarenta años, por lo que pude calcular.

Marinina dijo...

Y la vida va pasando...unos primero y otros después ninguno nos quedaremos aquí para siempre... y de aquel Mieres antiguo...y del viejo barrio de Oñón donde nací y transcurrió mi infancia ya no queda nada...y aquella biblioteca "Vital Aza", de la que me hice socia infantil apenas inaugurada, tampoco está ya, ni tan siquiera sé si existe el edificio, recién construido entonces, en cuyo bajo estaba ubicada...hace bastante tiempo que no voy a Mieres, y mucho menos que paso por lo que fue mi barrio...me bastó ver la casa donde viví y todo su gran jardín demolido, y en su lugar un aparcamiento de viejos autobuses,para que se me hayan quitado las ganas de volver a pasar por allí...tampoco sé si lo que en las fotografías de los viejos edificios de Mieres llaman el palacete de los Cutiellos se mantiene aun en pie,(siempre lo tuvieron muy bien cuidado)o también lo han demolido...Los árboles que se ven en la foto al otro lado de su jardín pertenecieron al mío...su gran bosque de camelias y sus árboles frutales...
Pero a pesar de todo, mientras yo tenga un hálito de vida, nada podrá borrar tantas vivencias de mi recuerdo.

Marinina dijo...

Hacia el año 1944 hubo un suceso en Mieres del que nunca después he oído hablar, cosa esta que, al recordarlo, me causa una gran extrañeza...dado el afán de los políticos de izquierdas actuales, obsesionados por remover cuanta más "mierda" mejor...para así desacreditar a sus oponentes de derechas comparándolos con Franco, como si tuvieran algo que ver con las aberraciones que en aquel tiempo se cometieron...poniéndose ellos como los "salvadores" que no debieron perder en aquella triste contienda, porque los malvados fueron los otros...
Lo único que se me ocurre es que los testigos que presenciaron, sin que nadie lo impidiera,el hecho en cuestión, por lógica ya estén todos muertos y se llevaran a la tumba el triste suceso que vieron sus ojos...y ya no haya quedado nadie para contarlo.
Andábamos jugando por los jardinillos de Oñón cuando una de mis compañeras de juegos llegó trayendo la noticia: En el cementerio había varios hombres que habían matado en una de las batidas que se daban por el monte, por donde andaban "los rojos" que se escondían de las represalias de Franco...Y alguna dijo: "Vamos a verlo". Recuerdo que sentí el temor de que mi madre se enterara si me iba de allí pues, hacía poco tiempo que me dejaban salir del jardín de mi casa para jugar en los jardinillos, pero aun no podía andar sola libremente por Mieres... pero pudo más en mí la curiosidad que estas rápidas reflexiones... y terminé arriesgándome a la aventura que suponía escapar con mis amigas hasta el cementerio en el que, por otro lado, dudábamos de si nos dejarían entrar...
Cuando llegamos, había gente por allí diseminada,-no mucha,- y la entrada franca y sin que nadie nos pusiera impedimento alguno para entrar...Y allí mismo estaban, tirados en una especie de foso, a
la derecha, creo recordar que bastante cerca de la puerta...es posible que fueran cinco...o tal vez siete, no sé...porque yo solamente fijé la atención en un chico joven, rubio, con el pelo rizado,vestido con un mono azúl, como los que usaban los hombres para el trabajo, y calzado con botas de goma ordinarias, las que se ponían también para el mismo fin...
Algún tiempo después, escuché a mis mayores decir que Franco ofrecía la libertad a todos los que andaban refugiados por los montes...a los que no tuvieran "las manos manchadas de sangre".

Anónimo dijo...

Quiero aclarar cierto error de fecha, que sin duda, he cometido cuando en el primer comentario sobre cuando había sido inaugurada la biblioteca de Oñón, que estaba situada en los bajos de la casa de mi tía Rosario y su marido, Lino, en uno de cuyos pisos también vivieron durante un tiempo, unos años más adelante, el matrimonio formado por su hija, Charo y su marido Roberto Barriales, no ha podido ser en 1942, porque en esa fecha aun vivía Rosario en un humilde y viejo pisito de la acera de Casa Lebrel...en él todavía falleció mi abuela Flora-,a la que apenas yo he llegado a conocer, por las circunstancias familiares que me rodearon -, Ella, junto con mi hermana Manolita, a la que había criado, por haber muerto su madre cuando tenía la niña tan sólo cinco meses, habían venido a vivir, ella con la familia de su hija Rosario, dejando su casa de Cantu Reondu, cuando ya nuestra abuela era muy anciana, y Manolita ya había venido a vivir a nuestra casa, el chalet de Arrojo, a donde nos habíamos mudado en 1941...En fin, lo que quiero decir es que la biblioteca de Oñón debió inaugurarse hacia 1944 o 45, una vez terminado de construirse el nuevo edificio y pasó esta familia de mi tía Rosario a ocupar una de sus viviendas poniendo el resto en alquiler. M.LUZ (Marinina)